Caza y explotación de las morsas

Aunque una morsa en la naturaleza puede vivir una vida muy larga, muchas de ellas han sido interrumpidas debido a los problemas de la caza y la explotación ilegal. Durante siglos la gente de las regiones árticas las ha cazado como comida, la carne de la morsa es una de sus principales fuentes de alimentos. Estas personas no se limitaron a tomar la carne de las morsas, de hecho, se adelantaron bastante en sus métodos y en el uso que podían hacer de la morsa en su propio beneficio. Utilizan la piel, la grasa, los colmillos y los huesos. Los colmillos y huesos de la morsa se usan para hacer herramientas y utensilios de cocina. A veces también se utilizan para hacer variedad de artículos artesanales. El aceite se utiliza para cocinar los alimentos. La piel de una morsa sirve para varios propósitos que incluyen la realización de cuerdas, crear refugios, y como abrigo.

Mucha gente en todo el mundo caza las morsas con el fin de ganar dinero. Siempre ha existido gran demanda por el marfil de sus colmillos. También han sido asesinados por su grasa, ya que puede ser utilizada para hacer aceite. Aunque el aceite de morsa prácticamente no se utiliza hoy en día, el marfil sigue siendo una fuente de mucho dinero. Al ser ilegal, el precio que se obtiene por estos colmillos de morsa en la actualidad es mayor que nunca, una motivación suficiente para que muchos corran el riesgo de ser atrapados cazando a estos animales.

Las mayores áreas de caza de morsas hoy incluyen a Rusia, Alaska y Groenlandia. Incluso con varios grupos de conservación haciendo presión sobre estos gobiernos, tales eventos siguen teniendo lugar, y aunque los gobiernos de estos países tienen algunas pautas y limitaciones, son muy flojas.

Si bien no podemos erradicar toda la caza y la explotación de las morsas, podemos hacer nuestro mejor esfuerzo. Con la educación acerca de la necesidad de mantener viva a esta especie, más personas están tomando la opinión de que no quieren estar involucrados en la destrucción de las morsas.

En el pasado, algunos consideraban que sería mejor quitarles sólo los colmillos a las morsas, sin tener que matarlas, sin embargo, necesitan sus colmillos para sobrevivir socialmente en sus grupos y manadas, así como para salir del agua en el hielo ártico. Una morsa tendrá una muerte lenta sin sus colmillos, lo que puede ser muy cruel. Por suerte, el mercado de marfil se ha reducido, lo que ha permitido que más de estas criaturas puedan sobrevivir.

Es importante tener en cuenta que es legal para los nativos americanos de algunos lugares cazar morsas para sus propias necesidades. La lógica radica en que su supervivencia en tales zonas remotas es dependiente de esta fuente de alimento, consiguen la carne que necesitan para vivir de la morsa.

También utilizan el resto del cuerpo para muchas cosas creativas que necesitan para su supervivencia. Estas personas no están ahí fuera matando morsas innecesariamente por deporte y, aunque algunas de estas personas han aumentado a lo largo de las décadas, este tipo de caza no es considerada una amenaza para la población total de estos animales.